Los baños de agua fría son utilizados en prácticas militares, entrenamientos deportivos y hasta los guerreros espartanos, los samurais y los monjes han sostenido este hábito para fortalecer su cuerpo y espíritu. Veamos uno a uno cuáles son los beneficios atribuidos a esta práctica para definir si vale la pena el sacrificio.
– Mejora la circulación: Tu organismo va a trabajar para que tu cuerpo pueda mantener una temperatura de 36 grados, por lo cual el agua fría va a estimular tu circulación. Esto aumentará tu ritmo cardíaco y tus vasos sanguíneos se van a contraer. Si tienes algún tipo de problema cardiovascular o resfrío, es mejor que no lo intentes.
– Mejora la oxigenación de las células: Al aumentar el ritmo cardíaco, la respiración también se va a acelerar y la sangre va a llevar más oxígeno a tus órganos y músculos.
– Acelera el metabolismo: En este esfuerzo por mantener una temperatura constante, tu metabolismo va a quemar grasas, azúcares y va a consumir calorías para generar energía.
– Despierta y activa el cuerpo: Una ducha fría te pone activo, en alerta, te prepara para enfrentar los desafíos de un nuevo día. Tiene un efecto similar a la cafeína.
– Despeja la mente y mejora la productividad: Es una reacción natural ante el frío, tu capacidad de atención aumenta por la secreción de noradrenalina, se eleva la sensación percibida de energía.
– Tiene un efecto antiinflamatorio, aliviando el dolor de contusiones e inflamaciones. A su vez, ayuda a eliminar el ácido láctico producido cuando hacemos ejercicio.
– Mejora el estado de ánimo: Disminuye la ansiedad y el nivel de cortisol, la hormona del estrés. Enfrentarte voluntariamente a un estresor positivo como una ducha de agua fría ayuda a manejar mejor otro tipo de estrés psicológico como la ansiedad. A su vez el impulso eléctrico del agua fría en las terminaciones nerviosas es un estímulo positivo para tratar la depresión.
– Es beneficioso para la piel y el pelo: El agua caliente elimina la protección natural de la piel y el pelo, resecándolos mientras que el agua fría contrae los poros, cierra las cutículas del pelo, tonifica la piel y le da brillo al cabello.
– Mejora las defensas del organismo: El agua fría ayuda a que el sistema inmune libere glóbulos blancos, los encargados de luchar contra virus y bacterias.
– Mejora la libido, la cantidad y calidad del esperma: el agua fría estimula la secreción de testosterona, la hormona que favorece la líbido sexual en ambos sexos y la producción de esperma en los hombres.
– Ayuda a dormir: Si bien es estimulante, con el paso de las horas el cuerpo se relaja y favorece el sueño.
– Estimula el sistema renal y linfático: El frío favorece la expulsión de toxinas presentes en nuestro cuerpo.
– Mejora la autoestima: Al superar el reto de una ducha con agua fría el individuo siente una mayor sensación de auto-control y mejora la percepción de sí mismo.
– Entrena el sistema termo-regulador: Ejercitar con las duchas de agua fría nos ayuda a enfrentar mejor los cambios de temperatura para dejar de ser tan reactivos al frío.
Los que utilizan este sistema sugieren incorporarlo poco a poco a tu rutina, empezar con unos minutos de agua fría luego de ducharte con agua caliente, o para que el cambio no sea tan radical, ir cerrando el agua caliente y abriendo la fría en forma paulatina. Poco a poco tu cuerpo va a acostumbrarse, vas a aumentar tu tolerancia y empezar a disfrutar los beneficios de esta práctica.